Bien. Ahora la DGT anda anunciando, a bombo y platillo, la creación de un mega organismo gestor –que se ubicará en León- y que centralizará toda la tramitación de las denuncias en tiempos brevísimos. Todo mecanizado: la medición del cinemómetro, la fotografía, el proceso de la denuncia al titular del vehículo. Todo muy rápido. Todo… ¿por la seguridad?
Personalmente no lo creo.
Este sistema, que ya funciona de manera similar en algunas CCAA (por ejemplo en el País Vasco) ha dado óptimos resultados … desde el punto de vista recaudador.
Una desvergüenza más, un paso de tuerca, otro empujoncito de cara a acorralar al conductor de la forma más hipócrita. Todo revestido de esa “búsqueda de la seguridad”.
Vamos a llegar aun punto en el cual la autorización administrativa para conducir, (el carnet) que nos es reconocido tras un costos proceso de aprendizaje y examen por los técnicos “competentes” nos puede ser arrebatado (además del saldo de nuestra cuenta corriente) por una jodida máquina. Todo estará mecanizado: ese centro de tramitación se encargará de quitarnos, casi sin la intervención de la mano humana, lo que para obtener tanto nos cuesta y supone en muchos casos un elemento imprescindible para nuestro trabajo.
Si al final no estás conforme, te dirán, puedes recurrir. En vía administrativa, la máquina se encargará de desestimar tu recurso. “Acuda al juzgado” se dirçan. Claro. A la jodida DGT no le cuesta nada; ella tiene su cuerpo de letrados funcionarios. Pero el pobre administrado, para acudir a los juzgados, tiene que costear un pleito onerosísimo (gastos de abogado y procurador) que le hace absolutamente antieconómica su pretensión, aunque tenga toda la razçon del mundo.
¡Que asco!
Saludos, Bandini.